En un mundo cada vez más interconectado y afectado por el cambio climático, la capacidad de las ciudades para atraer inversiones y ofrecer calidad de vida a sus habitantes se vuelve más crucial que nunca. Un reciente informe de Arup, titulado City Competitiveness Redefined Tracker, destaca que las ciudades deben replantearse su enfoque y priorizar aspectos como la acción climática y los cambios demográficos para garantizar su éxito a largo plazo.
Enfoque en la acción climática
El estudio, que evalúa 63 ciudades a través de 37 indicadores de éxito futuro, revela que alrededor de un 25% de estos indicadores se centra en la acción climática. Las ciudades son evaluadas en cuatro áreas clave: atractivo para inversores, activos e infraestructura, habitabilidad y gestión urbana. Entre las ciudades que se destacan como modelos a seguir se encuentran París, Vancouver y Singapur, que han implementado estrategias efectivas en relación con riesgos de inundaciones y acceso a energías renovables.
En América Latina, Lima se posiciona como un líder en atractivo para inversores, reflejando un potencial significativo para desafiar a las ciudades tradicionalmente dominantes en la región, mientras que Perú se destaca como un referente en finanzas verdes.
Desafíos globales y locales
La crisis climática no es un desafío lejano; ya afecta a las ciudades costarricenses. El Banco Mundial estima que la cantidad de personas vulnerables a inundaciones ha aumentado a 1.8 mil millones a nivel global, y se prevé que el número de ciudades expuestas a temperaturas extremas triplicará para 2050. En este contexto, es vital que las municipalidades costarricenses adopten medidas proactivas para enfrentar estos retos.
El análisis de Arup subraya que existe una relación creciente entre la resiliencia climática de las ciudades y su capacidad para atraer y retener inversiones. Según el informe, el 76% de las ciudades estudiadas tienen planes de estrategia climática bien desarrollados, aunque la implementación de estas estrategias es crucial para mantener la competitividad global.
Un ejemplo notable es Miami, que ha tomado medidas concretas para gestionar su exposición a riesgos climáticos, lanzando un bono de $400 millones para financiar infraestructura resiliente, como bombas de agua y defensas contra inundaciones.

Construyendo resiliencia a nivel local
En Costa Rica, las municipalidades tienen la oportunidad de liderar en materia de sostenibilidad y adaptación al cambio climático. Fomentar la inclusión y la equidad, así como promover el acceso a energías renovables, son pasos fundamentales para posicionar a las ciudades costarricenses como modelos a seguir en la región.
“Las ciudades que integren la resiliencia en cada aspecto de su planificación y operaciones estarán mejor posicionadas para prosperar, protegiendo a sus habitantes y activos, mientras atraen inversiones,” Andy Hodgson, líder de servicios de asesoría global en Arup
Este enfoque renovado no solo beneficia a las ciudades en términos económicos, sino que también mejora la calidad de vida de sus residentes. Las municipalidades costarricenses deben considerar estas recomendaciones para mantenerse competitivas y garantizar un futuro sostenible para sus ciudadanos.





