La situación de los rellenos sanitarios en el Gran Área Metropolitana (GAM) ha alcanzado un punto crítico. El Ministerio de Salud ha alertado sobre la rápida disminución de la vida útil de los principales rellenos, el Parque de Tecnología Ambiental Uruka y el Parque de Tecnología Ambiental Aczarrí. Estas instalaciones se ven desbordadas por el volumen de desechos, que no solo provienen del GAM, sino también de otras regiones, como la Zona Sur y el Pacífico Central.
La escasez de opciones para la disposición de residuos ha forzado a los gobiernos locales a recorrer largas distancias para depositar la basura, lo que eleva significativamente los costos operativos de los servicios de recolección y genera impactos ambientales preocupantes. A esto se suma un riesgo para la salud pública, asociado al transporte prolongado de desechos.
A principios de este año, el relleno Aczarrí en Aserrí contaba con una proyección de vida útil de 11 años. Sin embargo, el cierre del relleno de Cartago y la reducción en la capacidad del Uruka han recortado esa proyección a apenas 3.5 años en el último trimestre. Por otro lado, Uruka enfrenta una situación aún más grave, con una vida útil estimada de solo tres meses, lo que dejaría al GAM con un único relleno disponible para 2025.
La Dra. Mary Munive, segunda vicepresidenta y ministra de Salud, ha señalado que la crisis se ve agravada por la falta de diversificación tecnológica en el manejo de residuos y por la resistencia de algunos gobiernos locales a permitir proyectos de infraestructura que podrían aliviar esta situación.
Para abordar la problemática, el Ministerio de Salud ha presentado un proyecto de ley que otorga a esta entidad la responsabilidad de emitir certificados de uso de la tierra para la instalación de estructuras destinadas a la disposición final de residuos. “Nadie quiere tener la basura en su cantón; sin embargo, todos la producimos. Debemos empezar a definir zonas estratégicas que permitan solucionar este problema de una vez por todas”, afirmó Munive, expresando su preocupación por la inminente crisis.
El proyecto de ley también promueve un modelo de regionalización, en el cual cada región, de acuerdo con las directrices de MIDEPLAN, contaría con su propio sitio de disposición final. Esto incluiría la creación de unidades de transferencia para facilitar el transporte de residuos y el uso de nuevas tecnologías que permitan el tratamiento y valorización de desechos orgánicos, así como la obtención de energía a partir de ellos.
Recientemente, se estima que el cierre del Parque Uruka impactará aún más la vida útil del Parque Aczarrí, reduciéndola a solo dos años. Ante esta alarmante situación, se han planteado restricciones para el ingreso de desechos de cantones que no cuentan con rellenos sanitarios, lo que obligaría a estas regiones a encontrar soluciones locales para la disposición de su basura.
Es evidente que el GAM se enfrenta a un reto significativo en el manejo de sus residuos, y la colaboración entre el gobierno y las municipalidades será crucial para encontrar soluciones sostenibles y efectivas en el corto plazo.





