Las comunidades de San Rafael de Heredia, Isla Venado y la Universidad Nacional (UNA) celebraron la inauguración de tres huertos comunitarios, una iniciativa que busca fortalecer el tejido social, promover la producción agrícola sostenible y reconectar a las personas con la naturaleza.
Un proyecto interdisciplinario y colaborativo
Los huertos fueron impulsados por las Escuelas de Ciencias Agrarias y Ambientales, junto con el Instituto de Investigación y Servicios Forestales (Inisefor) de la UNA. Además, el proyecto contó con el apoyo académico del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias de la Universidad de Guadalajara, México.
El académico Javier García, de la Universidad de Guadalajara, resaltó la importancia de recuperar los espacios verdes como puntos de encuentro y aprendizaje:
“Después de la pandemia, las comunidades se han distanciado. Los huertos son lugares para reconectarnos con la naturaleza, conocernos y generar alimentos saludables y sostenibles.”
Características y objetivos de los huertos
Cada huerto está diseñado para responder a las necesidades particulares de su comunidad:
- San Rafael de Heredia: Este espacio integrará talleres de preparación de alimentos, actividades recreativas como yoga, y eventos educativos, donde chefs y expertos compartirán conocimientos sobre el uso de los cultivos.
- Isla Venado: Orientado hacia el cultivo de alimentos esenciales, el huerto también se proyecta como un atractivo turístico que beneficiará a la economía local.
- Campus UNA: Funcionará como un espacio recreativo y educativo, abierto a estudiantes, personal administrativo y académicos, así como a personas jubiladas interesadas en participar.
Impacto comunitario y ambiental
Melissa Blandón, de la Escuela de Ciencias Ambientales, explicó que estos espacios buscan adaptarse a las dinámicas locales, promoviendo no solo el cultivo de alimentos y plantas medicinales, sino también actividades que fomenten el bienestar integral de las personas.
Por su parte, Ana Hine, directora del Inisefor, destacó la naturaleza interdisciplinaria del proyecto:
“Cada escuela aporta desde su especialidad: las Ciencias Agrarias con su conocimiento en cultivos, las Ambientales con el análisis del impacto ecológico, y el Inisefor en temas relacionados con cobertura boscosa.”
Un modelo para construir comunidad
Este proyecto no solo apunta al desarrollo agrícola, sino que también busca abordar desafíos sociales como el aislamiento, fomentando habilidades como el liderazgo y el trabajo en equipo. Los huertos comunitarios prometen ser un modelo replicable en otras regiones del país, promoviendo sostenibilidad, integración social y bienestar colectivo.





