Guía de diseño de ciclovías urbanas: Un modelo para impulsar la micromovilidad en Costa Rica

En un mundo donde el tráfico vehicular y la contaminación ambiental son desafíos crecientes, la micromovilidad emerge como una alternativa eficiente y sostenible para transformar la forma en que nos movemos en las ciudades. Bicicletas, patinetas eléctricas y vehículos de transporte personal no solo ofrecen una opción más ágil para desplazarse, sino que también contribuyen a reducir la congestión vial y las emisiones de gases de efecto invernadero. En Costa Rica, donde el transporte es responsable de una gran parte de las emisiones contaminantes, la implementación de infraestructuras seguras y accesibles para la micromovilidad podría marcar un antes y un después en la calidad de vida de los ciudadanos.

Recientemente, la Guía de Diseño de Ciclovías Urbanas (Urban Bikeway Design Guide), desarrollada por la Asociación Nacional de Funcionarios de Transporte Urbano de Estados Unidos (Nacto), ha sido actualizada para ofrecer un enfoque más integral y equitativo en la planificación de calles seguras y conectadas para ciclistas y usuarios de micromovilidad. Esta guía, respaldada por el Departamento de Transporte de EE. UU., se ha convertido en un referente para cientos de municipios en Norteamérica y podría servir como modelo para los cantones costarricenses que buscan modernizar sus sistemas de transporte.

Reducir el tráfico y mejorar la calidad del aire

Uno de los mayores beneficios de la micromovilidad es su capacidad para disminuir la congestión vehicular. En ciudades como San José, Heredia o Alajuela, donde las horas pico se traducen en largas filas de automóviles, fomentar el uso de bicicletas y patinetas eléctricas podría aliviar significativamente la presión sobre las vías principales. Además, al reducir el número de vehículos en circulación, se disminuyen las emisiones de dióxido de carbono (CO2) y otros contaminantes, contribuyendo a mejorar la calidad del aire y a combatir el cambio climático.

La micromovilidad también ofrece una solución práctica para los desplazamientos cortos y medianos, que representan una gran parte de los viajes urbanos. Según datos del Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT), muchos de estos trayectos podrían realizarse en bicicleta o en vehículos eléctricos personales, reduciendo así la dependencia del automóvil y promoviendo un estilo de vida más saludable y sostenible.

Infraestructura segura e inclusiva

Para que la micromovilidad sea una opción viable, es fundamental contar con infraestructuras adecuadas. La Guía de Diseño de Ciclovías Urbanas enfatiza la importancia de crear redes conectadas y seguras que integren a todos los usuarios, incluyendo ciclistas, peatones y personas que utilizan patinetas eléctricas o bicicletas de carga. Esto implica no solo la construcción de ciclovías, sino también la implementación de señalización clara, cruces seguros y espacios dedicados para el estacionamiento de bicicletas.

En Costa Rica, algunos cantones ya han dado pasos en esta dirección. Por ejemplo, en Heredia se han implementado ciclovías que conectan puntos estratégicos de la ciudad, mientras que en San José se han realizado esfuerzos para integrar la bicicleta como medio de transporte en el Plan de Movilidad Urbana. Sin embargo, aún queda mucho por hacer para garantizar que estas infraestructuras sean accesibles para todos, incluyendo a personas con discapacidades y a comunidades históricamente marginadas.

Equidad y participación comunitaria

La nueva edición de la guía de Nacto destaca la importancia de centrar la equidad en cada etapa del diseño y la implementación de redes de micromovilidad. Esto significa involucrar a las comunidades locales en el proceso de planificación, escuchar sus necesidades y asegurar que los beneficios de estas infraestructuras lleguen a todos los sectores de la población.

En Costa Rica, donde las desigualdades en el acceso al transporte son evidentes, este enfoque es especialmente relevante. La micromovilidad podría ser una herramienta poderosa para conectar a comunidades rurales y urbanas, reducir las brechas de movilidad y mejorar el acceso a oportunidades educativas, laborales y de salud.

Un futuro más sostenible

La micromovilidad no solo es una solución práctica para los desafíos actuales, sino también una inversión en el futuro. Al fomentar el uso de medios de transporte limpios y eficientes, los cantones costarricenses pueden avanzar hacia un modelo de desarrollo urbano más sostenible y resiliente. Además, estas iniciativas podrían atraer turismo ecológico y fortalecer la imagen de Costa Rica como un líder en sostenibilidad a nivel global.

Como bien lo señala Ryan Russo, director ejecutivo de Nacto, “el acceso al transporte significa acceso a oportunidades”. La micromovilidad tiene el potencial de transformar nuestras ciudades, haciéndolas más seguras, inclusivas y amigables con el medio ambiente. Es hora de que los cantones costarricenses adopten estas prácticas y construyan un futuro donde moverse sea sinónimo de libertad, salud y sostenibilidad.

La Guía de Diseño de Ciclovías Urbanas (Urban Bikeway Design Guide), desarrollada por la Asociación Nacional de Funcionarios de Transporte Urbano de Estados Unidos (Nacto), es una herramienta esencial para planificar y construir infraestructuras seguras y conectadas para ciclistas y usuarios de micromovilidad. Esta guía, disponible en su tercera edición, ofrece recomendaciones técnicas, estrategias de planificación y enfoques centrados en la equidad para transformar las calles de las ciudades. Si desea descargar la guía y conocer más sobre sus contenidos, visite el siguiente enlace: nacto.org/bike-guide.

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