La ciudad de Barcelona está dando un paso adelante en la modernización de su transporte público con la implementación de un piloto que utiliza inteligencia artificial (IA) para fiscalizar de manera automatizada el uso de carriles exclusivos y paradas de buses. Esta iniciativa, desarrollada en colaboración con Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) y la empresa Hayden AI, busca mejorar la circulación de los buses, garantizar la seguridad de los usuarios y optimizar la eficiencia del sistema de transporte público.

El proyecto, que forma parte del desafío Barcelona Innova Lab Mobility, consiste en la instalación de cámaras inteligentes en la parte frontal de cuatro buses que operan en las líneas H12 y D20. Estas cámaras utilizan visión artificial y sensores con conectividad 5G para detectar vehículos que estacionan o circulan ilegalmente en los carriles y paradas exclusivas para buses. Aunque el sistema no identifica matrículas ni personas, ni emite multas, recopila datos estadísticos y contextuales que permiten entender cómo, cuándo y dónde ocurren estas infracciones.

Impacto en la eficiencia del transporte público

Laia Bonet, primera teniente de alcaldía de Barcelona y presidenta de TMB, destacó la importancia de esta iniciativa: “Los carriles exclusivos están diseñados para ofrecer un servicio de transporte público rápido, confiable y cómodo. Sin embargo, los vehículos privados que los usan ilegalmente hacen que esto sea imposible”.

En efecto, la ocupación indebida de carriles y paradas de buses no solo ralentiza el servicio, sino que también afecta la seguridad de los usuarios, especialmente de personas con movilidad reducida que dependen de rampas de acceso para subir y bajar de los buses. Con esta tecnología, Barcelona espera identificar los puntos críticos donde ocurren estas infracciones y tomar medidas para mejorar la operatividad del transporte público.

Lecciones para Costa Rica

Este tipo de innovaciones podría ser de gran interés para Costa Rica, donde el transporte público enfrenta desafíos similares. En ciudades como San José, Heredia, Alajuela y Cartago, es común ver vehículos particulares estacionados o circulando en carriles exclusivos para buses, lo que genera congestiones, retrasos y riesgos para los usuarios.

La implementación de un sistema similar al de Hayden AI en Costa Rica podría traer múltiples beneficios. En primer lugar, permitiría recopilar datos precisos sobre las infracciones más frecuentes, lo que facilitaría la planificación de estrategias para mejorar la fluidez del transporte público. Además, al identificar los puntos críticos, las municipalidades y el Consejo de Transporte Público (CTP) podrían tomar medidas correctivas, como la instalación de señalización más clara o la implementación de campañas de concienciación ciudadana.

Tecnología al servicio de la movilidad sostenible

El sistema de Hayden AI no solo se limita a la fiscalización, sino que también utiliza IA para analizar patrones de comportamiento y proponer soluciones integrales. En Costa Rica, esta tecnología podría integrarse con los sistemas de gestión de tráfico existentes, como los semáforos inteligentes y las aplicaciones de monitoreo de buses, para crear una red de transporte público más eficiente y sostenible.

Por ejemplo, en el Gran Área Metropolitana (GAM), donde la congestión vehicular es un problema recurrente, la implementación de cámaras inteligentes en los buses permitiría identificar las rutas más afectadas por infracciones y priorizar intervenciones. Además, esta tecnología podría ser utilizada por empresas operadoras de transporte, como las que gestionan las líneas de buses urbanos y suburbanos, para mejorar la puntualidad y seguridad de sus servicios.

Un paso hacia ciudades inteligentes

La experiencia de Barcelona demuestra que la tecnología puede ser un aliado clave en la transformación de las ciudades. Para Costa Rica, este tipo de innovaciones no solo representa una oportunidad para mejorar el transporte público, sino también para avanzar hacia la construcción de ciudades inteligentes y sostenibles.

Con el apoyo de instituciones como el Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT), el CTP y las municipalidades, Costa Rica podría explorar la implementación de sistemas similares, adaptándolos a las necesidades locales. Además, la colaboración con empresas tecnológicas y universidades podría impulsar el desarrollo de soluciones innovadoras que beneficien a todos los ciudadanos.

Conclusión

El piloto de Barcelona es un ejemplo inspirador de cómo la tecnología puede transformar la movilidad urbana. Para Costa Rica, este tipo de iniciativas no solo es una opción viable, sino también una necesidad en su camino hacia un transporte público más eficiente, seguro y sostenible. Con el compromiso de las autoridades y la participación activa de la ciudadanía, el país podría dar un salto significativo en la modernización de su infraestructura de transporte, mejorando la calidad de vida de todos sus habitantes.