En medio de un preocupante repunte de la criminalidad en la zona, la comunidad de Guácimo se prepara para recibir una moderna delegación policial, cuya construcción ya alcanza un 95% de avance y que promete fortalecer la seguridad en este cantón limonense. Con una inversión de $2.7 millones de dólares, esta infraestructura no solo busca brindar mejores condiciones a los oficiales, sino también convertirse en un espacio clave para la prevención del delito mediante el trabajo conjunto con la ciudadanía.
El proyecto, financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en el marco del Programa de Seguridad Ciudadana y Prevención de la Violencia, representa un paso crucial para Guácimo, donde en los últimos meses se han reportado robos, narcotráfico y violencia armada. La falta de recursos logísticos y espacios adecuados había limitado la capacidad operativa de la fuerza pública, un problema que esta nueva sede busca resolver.
Más que un edificio: seguridad y comunidad
Ubicada en un terreno de 4000 metros cuadrados, la delegación cuenta con 1731 metros cuadrados de construcción diseñados bajo estándares de primer mundo. Entre sus instalaciones destacan dormitorios para oficiales, cocina, recepción, sala de maternidad, celdas de seguridad, centro de monitoreo y oficinas administrativas. Sin embargo, uno de los aspectos más valorados por los vecinos es la inclusión de una sala de reuniones comunales, un espacio pensado para fomentar la coordinación entre la policía y los líderes locales en estrategias de prevención.
“Esta obra no solo mejorará las condiciones laborales de nuestros oficiales, sino que también permitirá acercar a la policía a la gente. La seguridad no se combate solo con patrullas, sino con confianza y trabajo en equipo”, explicó un vocero del Ministerio de Seguridad Pública.
Una respuesta necesaria
La llegada de esta delegación no podría ser más oportuna. Vecinos de Guácimo han denunciado en los últimos meses el aumento de asaltos a comercios, invasiones de propiedades y el surgimiento de puntos de droga en zonas rurales. Hasta ahora, la presencia policial se veía limitada por la falta de infraestructura adecuada, obligando a los agentes a operar en condiciones precarias y dificultando la retención de personal en la zona.
Con su estreno previsto para inicios de mayo, se espera que la nueva sede no solo disuada a los criminales, sino que también sirva como modelo para otras comunidades afectadas por la inseguridad. “Esto es un alivio para todos. Saber que habrá más policías, mejor equipados y con espacios para atender denuncias rápidamente cambia las reglas del juego”, comentó doña María Fernández, dueña de un pequeño negocio en el centro del cantón.
Con la nueva delegación, Guácimo no solo gana un edificio, sino una oportunidad para reconstruir la seguridad desde sus cimientos. El reto ahora será asegurar que este esfuerzo se traduzca en calles más tranquilas para sus habitantes.





