El Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) anunció una inversión histórica de $100 millones en la modernización de la red de transmisión eléctrica nacional, un proyecto que traerá beneficios directos para cantones como Alajuela, San Rafael y comunidades cercanas. Esta iniciativa busca garantizar un suministro energético confiable y preparado para los retos del crecimiento poblacional y económico.
El proyecto, denominado Infraestructura de Transmisión Enlace Norte-Centro, contempla la construcción de una nueva subestación eléctrica en San Rafael de Alajuela, así como la ampliación de la subestación Garabito en Puntarenas. También se construirán 65 kilómetros de líneas de alta tensión que reforzarán la conexión entre las principales zonas de producción y consumo de electricidad.
La importancia de este esfuerzo no solo radica en asegurar el suministro eléctrico para hogares y empresas locales, sino en su papel estratégico para integrar nuevas plantas de generación renovable —especialmente solares y eólicas— que actualmente se desarrollan en Guanacaste y Puntarenas. Estas nuevas fuentes de energía se sumarán al Sistema Eléctrico Nacional (SEN), fortaleciendo la independencia energética del país y apoyando su liderazgo en energías limpias en la región.
Marco Acuña, presidente del Grupo ICE, destacó: “Este proyecto es clave para garantizar el suministro eléctrico que el país requiere en el mediano y largo plazo, respondiendo a la demanda energética y fortaleciendo la estabilidad del SEN. Planificamos, aprobamos y construimos las obras que Costa Rica necesita”.
La modernización de la red permitirá, además, aumentar la capacidad de intercambio eléctrico con otros países centroamericanos a través del Mercado Eléctrico Regional (MER), lo que podría traducirse en nuevas oportunidades de crecimiento económico y comercial para las comunidades locales.
Para los cantones de Alajuela, especialmente San Rafael, la llegada de esta nueva infraestructura representa también la posibilidad de atraer inversiones industriales y comerciales, generando empleo y mejorando la calidad de vida de sus habitantes. Una red eléctrica robusta y moderna es esencial para cualquier municipio que busque sostener un desarrollo económico sostenible, ya que facilita la instalación de nuevas empresas, impulsa la competitividad y garantiza servicios públicos de calidad.
El ICE estima que entre 2025 y 2028 se incorporarán más de 500 megavatios de nueva capacidad instalada, un crecimiento de casi un 14%, con fuerte presencia de fuentes limpias. De esta manera, Costa Rica no solo asegura su suministro interno, sino que refuerza su compromiso ambiental a través de una red eléctrica cada vez más moderna, confiable y sostenible.





