La institución apuesta por una transición ambientalmente responsable con la incorporación de bolsas compostables hechas de almidón de maíz.

En el marco del Día Mundial del Medio Ambiente, la Universidad de Costa Rica (UCR) anunció un importante avance en su compromiso con la sostenibilidad: el reemplazo progresivo de las tradicionales bolsas plásticas por versiones 100 % biodegradables y compostables.

Estas bolsas, ya disponibles en el almacén de suministros institucional, están fabricadas en Costa Rica a partir de resina de almidón de maíz (ECO 201-B02). Se degradan por completo en un plazo máximo de 180 días, sin dejar residuos contaminantes ni utilizar materiales derivados del petróleo, lo que las convierte en una alternativa más responsable con el entorno natural.

Un cambio sustentado en ciencia

Antes de adoptar esta nueva línea de insumos, la UCR realizó un análisis comparativo en su laboratorio institucional utilizando espectroscopía infrarroja. Los resultados confirmaron que el material de las bolsas compostables no corresponde a los polímeros plásticos convencionales, sino a compuestos biodegradables como los polihidroxialcanoatos, derivados de fuentes naturales.

El cambio responde a un proceso liderado por la Comisión de Compras Sustentables, que desde hace más de una década trabaja en la inclusión de criterios ambientales en las adquisiciones universitarias. En 2023 se inició la búsqueda de proveedores que ofrecieran bolsas compostables con la resistencia necesaria, y a finales de 2024 se concretó la primera compra mediante una licitación pública que valoró tanto aspectos ambientales como sociales y económicos.

Transición progresiva

Actualmente, más de 60 unidades dentro de la universidad —entre facultades, recintos regionales, oficinas administrativas y laboratorios— han empezado a usar estas nuevas bolsas. No obstante, se mantiene la disponibilidad de bolsas convencionales para aquellas áreas que todavía no cuentan con recursos suficientes para sumarse a la transición.

Las bolsas compostables se ofrecen en cuatro tamaños: pequeñas, medianas, grandes y de jardín. Aunque su costo sigue siendo superior al de las bolsas plásticas tradicionales, la UCR considera que los beneficios ambientales a largo plazo justifican plenamente esta inversión.

Un ejemplo replicable

Con este paso, la UCR no solo mejora su propia gestión ambiental, sino que también aspira a servir como ejemplo para otras instituciones públicas y privadas. La implementación de productos compostables en tareas cotidianas como la disposición de residuos sólidos envía un mensaje claro: la sostenibilidad no es un discurso, sino una práctica posible cuando se toman decisiones conscientes.

El objetivo final es que el mercado nacional comience a adaptarse a esta nueva demanda, permitiendo una mayor accesibilidad económica a este tipo de productos y fomentando una cultura institucional más responsable con los recursos naturales del país.