Durante años, la ruta cantonal que conecta las comunidades de La Y Griega y San Juan en el distrito de Bejuco fue sinónimo de abandono y aislamiento. Su deterioro afectaba el acceso a servicios básicos, limitaba las actividades productivas y frenaba el potencial turístico de esta zona costera del cantón. Hoy, ese panorama cambió de forma significativa gracias a una intervención liderada por la Municipalidad de Nandayure que destinó más de 205 millones de colones a la rehabilitación de casi cinco kilómetros de esta vía clave.

Los trabajos consistieron en la colocación de un tratamiento superficial bituminoso (TSB3), una solución vial que mejora la resistencia del camino frente a las condiciones climáticas y el tránsito constante. Este tipo de intervención no solo representa una mejora visible en términos de infraestructura, sino también un avance en la calidad de vida de los habitantes, el acceso al comercio local y el fomento al turismo, una de las principales actividades económicas de la región.

Una inversión municipal con impacto territorial

La obra forma parte de los esfuerzos del gobierno local por reducir las brechas históricas en materia de infraestructura vial dentro del cantón. Según expresó el alcalde Teddy Zúñiga, este proyecto responde a la necesidad de dotar a las zonas costeras de carreteras dignas, que permitan conectar comunidades, atraer visitantes y fortalecer la producción local.

Vecinos como Anabel Aguilar y Vidal Solís resaltaron el cambio que ha traído esta intervención en una zona que, por décadas, se sintió olvidada. “Pensábamos que nunca iba a ser posible ver esta belleza de calle, como tiene que ser, dignificando la comunidad”, expresó Aguilar. Otros habitantes destacaron el impacto directo en el turismo y en actividades como la ganadería, la agricultura y la producción de madera, pilares de la economía local.

El estado de las rutas cantonales y el papel de los gobiernos locales

La red vial cantonal en Costa Rica representa aproximadamente el 80 % de la red de caminos del país. Estas rutas están bajo la competencia de las municipalidades, según la Ley General de Caminos Públicos y el marco legal establecido por la Ley N.º 8114 sobre Simplificación y Eficiencia Tributaria, que también estableció los recursos del impuesto único a los combustibles como fuente de financiamiento para su mantenimiento.

Sin embargo, la realidad de muchos cantones —especialmente en zonas rurales como Nandayure— es que el estado de sus rutas cantonales refleja años de desinversión, burocracia, y limitaciones presupuestarias. A esto se suma la falta de equipos propios, condiciones climáticas adversas y dificultades en la contratación de obras.

Pese a estas limitaciones estructurales, algunas municipalidades han optado por una gestión más proactiva, articulando esfuerzos entre equipos técnicos, comunidades organizadas y recursos externos. Tal es el caso de Nandayure, que ha logrado avanzar en tramos estratégicos para el desarrollo local, como esta vía entre La Y Griega y San Juan.

Más que una carretera: una herramienta de transformación

Las rutas cantonales no son solo vías de paso; son la columna vertebral de los procesos de integración social, económica y cultural de los territorios. Su estado repercute directamente en el acceso a la educación, la salud, los mercados y el turismo. En comunidades rurales, donde la vida cotidiana depende del buen estado de los caminos, cada metro de mejora significa una oportunidad de crecimiento y dignidad.

El caso de Nandayure demuestra cómo, con voluntad política, inversión dirigida y participación comunitaria, es posible revertir el abandono y devolverle protagonismo a comunidades históricamente rezagadas. La transformación de esta ruta costera no es solo un cambio de paisaje, sino un paso concreto hacia un modelo de desarrollo más justo, descentralizado y conectado con la realidad local.

La municipalidad anunció que continuará trabajando en la mejora de su red vial, con miras a consolidar un sistema de caminos cantonales funcionales y sostenibles, que estén al servicio de las personas y del desarrollo integral de la región.