Tallin impulsa la movilidad urbana con gestión dinámica del tráfico: ¿Podría Costa Rica seguir este ejemplo?

La ciudad de Tallin, capital de Estonia, ha dado inicio a un innovador programa piloto de gestión dinámica del tráfico, cuyo objetivo principal es descongestionar las vías urbanas y mejorar la fluidez del tránsito mediante el uso de tecnologías inteligentes. La iniciativa busca sincronizar semáforos en tiempo real para crear “olas verdes” que permitan a los vehículos circular sin detenerse en múltiples intersecciones. Esta solución no solo optimiza el tiempo de viaje, sino que también reduce el ruido, las emisiones contaminantes y los riesgos viales asociados al frenado y aceleración constante.

El proyecto, financiado por fondos de cohesión de la Unión Europea, contempla hacer que los semáforos sean legibles por sistemas automatizados, integrarlos a un modelo urbano de tráfico y adaptar su funcionamiento según la demanda específica en distintos horarios y escenarios, incluyendo situaciones de emergencia. De resultar exitoso, se extenderá progresivamente a toda la ciudad.

Una idea exportable a Costa Rica

Aunque Estonia y Costa Rica difieren ampliamente en escala y contexto, la experiencia de Tallin ofrece aprendizajes valiosos para las ciudades costarricenses, muchas de las cuales enfrentan graves problemas de embotellamiento, especialmente en zonas urbanas como San José, Heredia y Alajuela. La congestión vehicular no solo impacta la calidad de vida de los ciudadanos, sino que también agrava la contaminación atmosférica y sonora, con efectos negativos para la salud pública y el medio ambiente.

En este contexto, los gobiernos locales costarricenses podrían considerar adaptar soluciones similares a escala cantonal. Un paso inicial sería identificar los corredores viales más afectados por el congestionamiento y evaluar la factibilidad técnica de sincronizar semáforos en esos puntos críticos. Esta sincronización no necesariamente requeriría grandes inversiones en infraestructura nueva, sino una modernización del sistema actual mediante sensores de tráfico, algoritmos predictivos y centros de control conectados.

Además, el enfoque estonio de adaptar los ciclos de semáforos en función de la demanda —en lugar de patrones fijos— puede ser especialmente útil en ciudades con alta variabilidad horaria, como ocurre en cantones donde conviven áreas residenciales, centros educativos y zonas industriales.

Rol estratégico de las municipalidades

Para implementar una iniciativa de este tipo en Costa Rica, las municipalidades jugarían un papel clave. A través de alianzas con el MOPT, universidades y empresas tecnológicas nacionales, los gobiernos locales podrían impulsar pruebas piloto de gestión dinámica del tráfico. Además, los recursos podrían provenir tanto de fondos públicos como de cooperación internacional o inversión privada bajo esquemas de innovación pública.

Es importante subrayar que este tipo de soluciones también pueden contribuir a mejorar la seguridad vial. Al reducir los frenazos y arranques bruscos, se minimizan las colisiones por alcance y se crea un entorno urbano más predecible para peatones, ciclistas y conductores.

Tecnología al servicio de una movilidad más humana

El modelo implementado en Tallin no solo es una apuesta por la eficiencia, sino también por una movilidad más limpia y humana. Costa Rica, con su compromiso ambiental y su interés creciente en la planificación urbana sostenible, tiene condiciones propicias para explorar este tipo de tecnologías. La clave está en adaptar las soluciones a nuestras realidades locales, fortalecer las capacidades técnicas municipales y fomentar una visión integral del tránsito como parte de una ciudad más habitable.

Mientras Tallin avanza en su ruta hacia una ciudad más ágil y menos contaminante, Costa Rica tiene la oportunidad de observar, aprender y tropicalizar estos avances tecnológicos para beneficio de sus comunidades cantonales.

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