La ciudad de Chesapeake, en Virginia (Estados Unidos), anunció recientemente la puesta en marcha de una red privada inalámbrica de propiedad municipal, diseñada por Boldyn Networks como parte del programa Chesapeake Connects. Esta infraestructura busca fortalecer la conectividad de la ciudad, garantizar servicios seguros para instituciones públicas y acelerar su estrategia de ciudad inteligente.
La red ofrecerá servicios de comunicación dedicados para departamentos municipales, escuelas, bibliotecas y cuerpos de emergencia. Además, incorpora una capa de banda ancha fija inalámbrica y una red de baja potencia para el Internet de las Cosas (IoT), lo que permitirá aplicaciones como semáforos inteligentes, monitoreo de servicios públicos, mejora en las comunicaciones de primeros respondientes y proyectos de equidad digital.
Lecciones para el contexto costarricense
Aunque Costa Rica no ha desarrollado aún una red privada municipal de estas características, la experiencia de Chesapeake abre la discusión sobre el potencial de este tipo de proyectos en el ámbito local. Las municipalidades costarricenses enfrentan crecientes retos en la gestión de tránsito, seguridad ciudadana y servicios públicos, donde la conectividad juega un papel central.
Un esquema similar en nuestro país podría facilitar:
- Seguridad y emergencias: mejorar la coordinación entre la Policía Municipal, Bomberos y Cruz Roja en situaciones críticas mediante canales de comunicación seguros y exclusivos.
- Gestión de tránsito: modernizar semáforos, integrar sensores de flujo vehicular y generar datos en tiempo real para la planificación vial.
- Servicios públicos inteligentes: monitorear consumo de agua, energía y recolección de residuos, optimizando los recursos municipales.
- Reducción de brechas digitales: ofrecer conectividad a centros educativos, bibliotecas y comunidades con baja cobertura, apoyando la inclusión digital.
Retos para su aplicación en Costa Rica
La posibilidad de una red privada 5G municipal en Costa Rica requeriría un marco regulatorio claro, coordinación con el MICITT, la SUTEL y el ICE, además de un modelo de financiamiento sostenible. La experiencia internacional muestra que estos proyectos pueden apoyarse en fondos especiales o alianzas con el sector privado, siempre garantizando que la infraestructura quede bajo control público.
Asimismo, es clave discutir el tema de la soberanía digital municipal: garantizar que los datos recolectados por sensores y plataformas sean administrados con transparencia y respetando la privacidad de las personas.
La iniciativa de Chesapeake marca un precedente global que podría inspirar a cantones costarricenses a explorar caminos similares, integrando tecnología de última generación en la gestión pública local y acercando al país a un modelo de ciudades inteligentes más inclusivas y resilientes.
