Costa Rica se convirtió en pionera en América Latina en seguridad y transparencia en zonas francas, tras la certificación otorgada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) a La Lima Free Zone y Coyol Free Zone. Con este logro, ambos parques empresariales se posicionan como los primeros en la región y los segundos a nivel mundial en recibir esta distinción.
La certificación, la primera a nivel global creada por la OCDE, establece criterios de seguridad y transparencia para el comercio internacional, evaluando la cooperación de las zonas francas con las autoridades y el cumplimiento de estándares regulatorios. Su objetivo es fortalecer la confianza internacional en los regímenes que operan bajo altos estándares de gobernanza.
La OCDE seleccionó directamente a La Lima y Coyol para participar en el proceso de certificación, una señal de confianza en el modelo costarricense. La distinción refleja que las zonas francas del país operan con integridad y respeto a los marcos regulatorios nacionales e internacionales.
El reconocimiento surge de la colaboración entre la OCDE, el Ministerio de Comercio Exterior, PROCOMER, auditores externos y las empresas de ambos parques, que sirvieron como proyectos piloto para establecer los estándares de transparencia y seguridad en la región.
Fernando Carazo, gerente general de La Lima Free Zone, señaló que la certificación posiciona al país como referente mundial en la creación y supervisión de zonas comerciales. Mientras tanto, Carlos Wong, director general de CODE Development Group, co-desarrollador de Coyol Free Zone, destacó que la distinción refuerza el papel de estas zonas como socios estratégicos de empresas que operan bajo normas internacionales de transparencia y seguridad.
El Régimen de Zonas Francas (RZF) de Costa Rica es un motor clave de la economía nacional, aportando el 14% del Producto Interno Bruto, generando más de 251 mil empleos directos e indirectos, diversificando la oferta exportable y atrayendo inversión extranjera en sectores estratégicos como dispositivos médicos, manufactura avanzada y servicios digitales.
Recientemente, PROCOMER presentó el informe “Zona Franca: 35 Años Construyendo Valor para Costa Rica”, que evidencia el impacto económico y social del régimen. Según el análisis, en 2024 las zonas francas aportaron US$13.893 millones a la economía nacional, equivalentes al 15% del PIB, generando más de 265 mil empleos directos e indirectos, con una participación femenina del 45%. Además, concentraron el 74% de la inversión extranjera directa del país, canalizando US$3.720 millones hacia sectores estratégicos.
El estudio también reveló que, por cada dólar exonerado a empresas bajo el régimen, se genera un retorno de US$2,9 para la economía nacional, demostrando que las zonas francas devuelven más de lo que reciben en incentivos. Asimismo, las empresas del RZF aportaron más de US$1.900 millones a instituciones públicas como CCSS, FODESAF, INA, IMAS e INS, con un crecimiento promedio del 17% anual.
Desde su creación en 1990, el RZF ha pasado de 56 empresas en operación a 626 en 2024, consolidando un crecimiento sostenido y generando empleos de calidad con salarios superiores al promedio nacional. La certificación internacional de la OCDE refuerza la confianza de inversionistas y consolida a Costa Rica como un destino confiable, competitivo y transparente para hacer negocios.
Con este reconocimiento, Costa Rica reafirma su liderazgo regional e internacional, demostrando que las zonas francas pueden impulsar el crecimiento económico y social sin comprometer la legalidad ni la transparencia.





