El mejoramiento integral de barrios en Costa Rica se ha convertido en una estrategia esencial para transformar espacios urbanos en entornos vivos, seguros y resilientes. Más allá de la construcción de viviendas, este enfoque busca mejorar la calidad de vida de los habitantes, fomentando comunidades cohesionadas y sostenibles.
El Instituto Nacional de Vivienda y Urbanismo (INVU) ha evolucionado en su labor histórica de erradicación de construcciones insalubres y reorganización de barrios, incorporando ahora un enfoque integral que contempla espacio público de calidad, acceso a servicios, movilidad urbana y sostenibilidad ambiental. Esta transformación responde a las demandas de las nuevas ciudades, donde el desarrollo urbano no se limita a estructuras físicas, sino que involucra la vida cotidiana de las personas y su entorno.
En este marco, los proyectos de ecobarrios impulsados por el INVU ejemplifican una visión avanzada de planificación urbana. Estos proyectos integran criterios ambientales, eficiencia energética, manejo de residuos y convivencia comunitaria, proponiendo un modelo urbano en armonía con la naturaleza y la dinámica social de los barrios. Así, el mejoramiento barrial no solo eleva la infraestructura, sino que fortalece la salud comunitaria y fomenta la participación activa de los habitantes en la construcción de su entorno.
El enfoque del mejoramiento barrial ha demostrado que la participación comunitaria es clave para el éxito de estas intervenciones. Desde la concepción del proyecto hasta su ejecución y seguimiento, la colaboración entre habitantes, instituciones gubernamentales y academia permite crear espacios públicos que responden a necesidades reales, fomentando la identidad barrial, la integración social y la prevención de enfermedades crónicas asociadas al sedentarismo y la falta de áreas verdes.
Estudios internacionales, como los desarrollados en Bogotá, muestran que la regularización y el mejoramiento de barrios precarios, con participación activa de la comunidad, aumenta la seguridad, la inclusión social y las oportunidades económicas de los habitantes. En Costa Rica, la política del Bono Colectivo, implementada desde 2008 por el Ministerio de Vivienda y Asentamientos Humanos (MIVAH), busca replicar este modelo, promoviendo la mejora de infraestructura social y servicios básicos, con un enfoque integral hacia la habitabilidad, sostenibilidad y equidad territorial.
El mejoramiento barrial también se vincula directamente con la Salud Ambiental, disciplina que estudia cómo las condiciones del entorno afectan la salud comunitaria. La incorporación de indicadores ambientales —como calidad del agua y aire, arborización, espacios recreativos y manejo de residuos— permite evaluar el impacto de las intervenciones en la salud y bienestar de los vecinos, fortaleciendo la resiliencia frente a enfermedades y factores de riesgo urbano.
De cara al 2030, los programas de mejoramiento barrial en Costa Rica se alinean con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, especialmente con la meta de que las ciudades sean inclusivas, seguras, resilientes y sostenibles, garantizando acceso a espacios públicos seguros y zonas verdes para todos los habitantes, incluidas personas con discapacidad, niños, niñas y adultos mayores.
En conclusión, el mejoramiento integral de barrios no debe verse como una obra aislada, sino como un proceso continuo de construcción social, ambiental y urbana. Su éxito depende de la participación comunitaria, el respaldo académico y la coordinación institucional. Al fortalecer los barrios y sus espacios públicos, Costa Rica avanza hacia ciudades más humanas, saludables y sostenibles, donde la calidad de vida y la cohesión social se convierten en el núcleo del desarrollo urbano.





