Costa Rica avanza en movilidad eléctrica con 25 nuevos autobuses urbanos

Costa Rica dio un paso histórico hacia un transporte público más limpio y sostenible con la llegada de 25 autobuses eléctricos, que operarán en rutas clave del Área Metropolitana de San José. Las unidades, adquiridas por la empresa BIUSA del Grupo Tracopa, cubrirán principalmente los trayectos San José–La Carpio–León XIII y sus ramales, conectando comunidades densamente pobladas y puntos estratégicos de la ciudad como Hospital México, Parque Diversiones y La Uruca.

Estas nuevas unidades, de 12 metros de longitud y equipadas con baterías de 310 kWh, tienen una autonomía de hasta 350 kilómetros, capacidad para 41 pasajeros sentados, aire acondicionado, piso bajo con total accesibilidad para personas con discapacidad y sistemas de pago electrónico. Cada unidad representó una inversión de $160 000, y la flota se complementa con 16 cargadores de alta capacidad, capaces de abastecer hasta 35 autobuses adicionales en el futuro.

El proyecto cuenta con el respaldo técnico del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) y de la Compañía Nacional de Fuerza y Luz (CNFL), que garantizan tanto la compatibilidad técnica de los vehículos como el suministro eléctrico necesario para su operación. Según expertos, esta iniciativa no solo moderniza el transporte público, sino que también contribuye de manera significativa a la descarbonización del país, al ser unidades cero emisiones y de bajo ruido, una alternativa mucho más amigable con el ambiente que los autobuses tradicionales.

Innovación y sostenibilidad al alcance local

Costa Rica se posiciona así como referente en movilidad eléctrica en la región centroamericana, donde la adopción de autobuses eléctricos aún es limitada. Mientras países como México y Colombia han iniciado programas piloto con flotas más pequeñas en ciudades como Ciudad de México y Bogotá, la incorporación de 25 unidades en un solo operador coloca a Costa Rica entre los líderes regionales en transporte eléctrico urbano. La iniciativa permite además generar conocimiento local sobre mantenimiento y operación de este tipo de vehículos, gracias a la colaboración con instituciones técnicas como el Tecnológico de Costa Rica (TEC) y el INA, que capacitan personal en diagnóstico, reparación y gestión de baterías de litio.

Expertos destacan que, con la infraestructura actual y la tarifa eléctrica preferencial establecida por la ARESEP, el costo operativo de estos autobuses eléctricos podría ser hasta cinco veces menor que el gasto equivalente en diésel, lo que representa un ahorro significativo para los operadores y una reducción directa de emisiones contaminantes en la ciudad.

Desafíos y perspectiva regional

El despliegue de autobuses eléctricos también enfrenta retos. La vida útil de las baterías, la disponibilidad de repuestos especializados y la necesidad de un mantenimiento constante son aspectos que deben gestionarse cuidadosamente. Sin embargo, Costa Rica ya cuenta con empresas locales como Fortech, que se encargan del reciclaje de baterías de litio, y con protocolos para extender la vida útil de las unidades, incluso reutilizando baterías para almacenamiento energético en sistemas solares.

Comparativamente, en la región latinoamericana, países como Chile y Brasil han avanzado en flotas eléctricas, pero en su mayoría limitadas a corredores selectivos o programas piloto. La apuesta de Costa Rica, con un operador privado que implementa de manera directa una flota amplia y respaldada por infraestructura propia de carga rápida, coloca al país en una posición más avanzada que muchos de sus vecinos, destacando el compromiso nacional con la sostenibilidad y la modernización del transporte público.

Con esta iniciativa, Costa Rica no solo mejora la conectividad y la calidad del transporte para comunidades como La Carpio y León XIII, sino que también consolida un modelo replicable de movilidad urbana sostenible, marcando un camino que otros países de la región observan con atención.

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